ILUMINACIÓN BÍBLICA:
«Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad
alegres» (Flp. 4,4)
EXPLICACIÓN DEL
LOGO
Todos
los elementos que se visualizan en el logo apuntan a los procesos que se
quieren dinamizar durante el año 2013 pero que, a la vez, son continuidad de un
itinerario pastoral ya iniciado en años anteriores, partiendo de las
orientaciones del Rector Mayor.
- Rostro de Jesús
Joven:
Quiere significar el fin primordial de la pastoral juvenil, que no es otra cosa que “favorecer el encuentro
personal con Jesucristo”. El rostro de Jesús está dentro de un círculo, el cual
nos recordará la vivencia del AÑO DE LA FE, en el que pretendemos que el joven,
sintiendo la alegría de creer, se sienta comprometido a vivir, testimoniar y
transmitir su fe en Jesucristo, al estilo salesiano.
- Silueta de
Jóvenes:
La misión salesiana es predilección por los jóvenes y éstos se muestran, dentro
del logo, acompañados de elementos comunicativos, que nos indican la tarea de
anunciar lo que vivimos y en lo que creemos.
- Los audífonos hacen referencia a
la necesidad que tiene el joven de encontrarse consigo mismo y de sintonizar
con Alguien que le escuche y que le ame; por otra parte, el micrófono y el megáfono
hacen alusión a la invitación del Papa Benedicto XVI a los jóvenes,
especialmente en la JMJ 2013: “Id y haced discípulos a todas las naciones”.
- Rostro de DB y
MM: Siguiendo
el itinerario propuesto por el Rector Mayor, en preparación al Bicentenario del
nacimiento de Don Bosco, este año seguiremos acercándonos a la figura de
nuestro fundador y de su estilo educativo que, como Don Pascual Chávez nos lo
recuerda en el Aguinaldo, es una propuesta que ofrece a los jóvenes el
Evangelio de la alegría mediante la pedagogía de la bondad.
ETAPAS DE LA
PROPUESTA PASTORAL
PRIMERA ETAPA:
Sintonizo mi vida contigo
EXPERIENCIA
SIGNIFICATIVA: Escucha
TIEMPO: Febrero –
Abril
REFLEXIÓN:
El Sistema Preventivo
representa la esencia de la sabiduría pedagógica de Don Bosco y constituye el
mensaje profético que ha dejado a sus herederos y a toda la Iglesia. Es una experiencia espiritual y educativa que se
funda en la Razón, en la Religión y en la Bondad solícita y cercana. En esta
primera etapa de la Propuesta Pastoral nos centraremos en la RAZÓN, el
principio que deja entrever la visión del humanismo cristiano y el valor de la
persona que regía el sistema educativo de Don Bosco.
A través de la Razón, Don
Bosco invita a los jóvenes a asumir los valores propuestos, a manejar su
libertad, a asumir sus responsabilidades civiles y a prepararse para la vida.
Para ello, les ofrece un programa
sencillo y contemporáneamente serio, sintetizado en fórmula acertada y
sugerente: ser ciudadano ejemplar, porque se es buen cristiano.
De otra parte, evangelizar es
anunciar una persona, Cristo Jesús, y favorecer el encuentro con Él; sólo así
se podrá responder al deseo de Dios que hay en el corazón de todo joven. He
aquí la experiencia fundante de esta primera etapa de la Propuesta pastoral: el
“encuentro” con Jesucristo para reconocerlo, sentir su amor salvador, seguirlo
y servirlo. Este encuentro el joven ha de hacerlo desde una fe vivida en la
Iglesia, en la Palabra, en la Liturgia, especialmente en la Eucaristía; en la
oración personal y comunitaria; en los acontecimientos de la propia historia.
Por esta razón, se invita al joven a ser cada vez más consciente de la
necesidad de la escucha y la oración con el fin de sintonizar su vida con AQUEL
que le habla al corazón y le da pleno sentido a su vida.
Los tres pilares del Sistema Preventivo: LA RAZÓN
·
Busca persuadir y
corregir, más que reprender y castigar. Usa la persuasión, en su función
preventiva y motivadora.
·
Implica claridad
de ideas y culto de la verdad.
·
Dominio de la
impulsividad de los sentimientos y las pasiones.
·
Educar para la
crítica, no vacía, sino con objetivos concretos y anclada en una experiencia
diaria de los hechos, juzgados y valorados.
LA
RAZÓN:
·
Controla la
afectividad para que no se desborde.
·
Impregna de
sentido común el ambiente educativo.
·
Busca lo esencial
y lo simple.
·
Favorece la
capacidad de juicio y el formarse convicciones personales para gobernar la
vida.
·
Pide, según Don
Bosco:
-
Racionalidad de
la presencia del educador.
-
Racionalidad de
las normas y disposiciones.
LA DISCIPLINA:
·
Disciplina interior: una pedagogía liberadora supone constantes “llamadas” al educando
para que se autodiscipline, creando mecanismos de equilibrio moral y
autocontrol, y posibilitando que interiorice y depure sus intenciones y
motivaciones.
·
Disciplina exterior: herramienta de trabajo, de organización, que permite el crecimiento
del muchacho haciéndole ver, ante la falta, la necesidad de su reparación y
superación.
·
No es algo
mecánico, sino que implica un proceso de ir asumiendo la responsabilidad
personal y grupal dentro de la comunidad: La norma debe ir perdiendo fuerza,
en la medida en que la fuerza del amor va adueñándose de la conciencia del
individuo.
LA CORRECCIÓN:
·
Las
prescripciones no bastan para impedir las faltas, y cuando se cometieron es
menester el aviso y la corrección.
·
El aviso:
mensajes a todos los jóvenes para prevenir que cometan faltas; mensajes al oído
para prevenir que se equivoquen.
·
La corrección: no
corregir por corregir, sino corregir para que el chico mejore. Corregir con
claridad. No dejarse llevar por la ira.
* ¿Cómo corregir?
- Corregir en privado. -
Acudir a la razón y la reflexión.
- Firmeza, prudencia y calma. -
Saber olvidar.
- Respeto, amabilidad y
comprensión. -
Corregir con afecto
- Aconsejar sin humillar. - Rezar
por el joven
SANCIONES:
·
Tienen como
finalidad estimular el bien, supliendo provisionalmente la inmadurez del joven.
·
Sanción positiva (Premio): estímulo, recompensa, aliento ante una meta
lograda. Debe dosificarse en relación a cada etapa del proceso y a cada
educando. Es importante premiar y exaltar la buena conducta, la intención más
que el éxito material, el esfuerzo y la mejora de quienes no logran resultados
apreciables.
·
Sanción negativa: es imponer una pena o castigo por la violación de una orden legítima
y conocida. Su meta es provocar un juicio crítico que inicie un proceso de
rectificación desde el interior del educando. El ideal es llegar a que el
alumno se sancione, acepte su error y se imponga una reparación que será a la
vez estímulo.
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