NOVENA A SR


PRESENTACION
Sintiendo la necesidad de brindar a los fieles Católicos, en especial a los devotos de San Roque, una novena  y biografía de este santo patrono popular, me he dado a la tarea de indagar y entresacar algunos apartes de su vida que se han escrito a lo largo de los años y que nos pueden ser de mucho provecho espiritual y más en estos tiempos tempestuosos cuando las pestes son más funestas que nunca, solo que han cambiado de nombre y ahora pueden ser llamadas epidemias, virus, etc., lo cierto es que seguimos atacados por enfermedades que implican a toda persona y a toda sociedad.
Espero poder satisfacer a aquellas personas que me han sugerido esta tarea y al mismo tiempo seguir dando gloria a nuestro Dios que, por medio de sus Santos, quiere llegarse a nosotros para brindarnos todo su amor y así vivir felices aquí y luego en la eternidad.
Pbro. Víctor J. Peralta Contreras sdb

INTRODUCCION

Nuestra ciudad de Barranquilla le debe mucho a San Roque sobre todo por la acción milagrosa que él realizó en nuestros antepasados, cuando, en el siglo XIX, fueron atacados por una fuerte epidemia que amenazaba con minar la población de esta ciudad. Fue la advocación de la ayuda divina, por medio de este Santo, lo que hizo parar a la muerte que ya había cobrado la vida de algunos de los moradores y que amenazaba de manera impetuosa a todos por igual.
Fue así como, en agradecimiento y como promesa hecha, se dieron a la tarea de construir una capillita en honor a San Roque, donde podrían congregarse para celebrar las alabanzas a nuestro Dios por las maravillas que había obrado y sigue obrando a favor de su pueblo. Muestra de ello es este hermoso templo dedicado a Dios, por medio de San Roque.
Se encontraron muchos obstáculos para llegar a cumplir dicha promesa. En algunos momentos parecía que todo se oponía y que dicha empresa no tendría éxito: las críticas, la falta de apoyo, en algunos momentos, por parte de la misma Iglesia, los fracasos en algunas construcciones, el cisma que se creó por malentendidos, etc., hasta que al fin se lograron metas concretas. Todo esto nos hace poner en evidencia que es la Divina Providencia la que se ha revelado y que si esto es de Dios, nadie podrá contra su obra.
Otra lucha fue la constitución de la primera capillita como centro de una nueva Parroquia. Los esfuerzos se hicieron abundantes y fueron muchas las plegarias, las audiencias y recorridos que se hicieron hasta que en 1881 se erigió como templo parroquial con una extensa jurisdicción que implicaba la atención directa a  muchas almas necesitadas de la presencia del Señor por medio de su Iglesia. Gracias al empeño de muchos devotos de San Roque se pudo realizar lo del templo y así suplir las necesidades que los católicos de este tiempo le presentaban a las autoridades eclesiásticas que los pastoreaban.
En 1902, después de años de conversaciones los Salesianos, comunidad fundada por San Juan Bosco, llegamos a Barranquilla para hacernos cargo de esta Parroquia. Fue así como se dio inicio a toda una obra a favor de las gentes menos favorecidas, especialmente a los jóvenes pobres, abandonados y en peligro, según el carisma de San Juan Bosco. Al siguiente año surgió el Colegio con el mismo nombre y en la segunda mitad del siglo XX surge el Centro Social Don Bosco, como una respuesta concreta a las necesidades de las gentes del sector. Este Centro tuvo como ideólogo, gestor y director al Padre Stanley María Matutis, sacerdote Salesiano quien por cincuenta años se desempeñó como Párroco de esta Unidad Parroquial.
Es evidente la mano prodigiosa del Señor quien, por medio de los Salesianos buscó seguir dando a sus hijos la sanación de sus epidemias: la epidemia del analfabetismo, la epidemia de la marginación, la epidemia del olvido estatal por muchos años, la epidemia del subdesarrollo, etc.
Hoy estamos llamados a rescatar la devoción a San Roque para poder encontrar por medio de él, nuevamente, la sanación de todo aquello que nos aqueja y que son las epidemias del momento. Hay mucho que necesitamos poner en manos de este santo taumaturgo para que por sus manos nuestro Dios y Señor cure cuanto llaga nuestro ser y nuestra alma.
Sea este escrito un homenaje a tantos Salesianos que han trabajado apostólicamente en este lugar, a los laicos que a lo largo de los años han propagado, ayudado y acompañado la labor que aquí se ha realizado en bien de las almas. Quiera el Señor, por medio de María Santísima Auxiliadora bendecir a todas las personas que seguirán desde ahora y después de nosotros brindando su colaboración para que el Reino de Dios sea propagado y su Hijo conocido hasta en los confines del mundo, gracias a San Roque, nuestro Patrono.


NOVENA A SAN ROQUE
ORACION PARA TODOS LOS DIAS
Oh bienaventurado San Roque, que durante toda tu vida renunciaste a los bienes de la tierra para hacerte digno de los bienes del cielo, alcánzanos de Dios la gracia de vivir como peregrinos en este mundo y merecer más tarde ser ciudadanos de la patria celestial. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
DIA PRIMERO
LECTURA BIBLICA PARA EL DIA PRIMERO
Del libro del profeta Isaías (49,1 – 5)
Escuchen habitantes de las islas; atiendan, pueblos lejanos: el Señor me llamó desde el seno materno, desde las entrañas de mí madre pronunció mi nombre. Convirtió mi boca en espada afilada, me escondió al amparo de su mano; me transformó en flecha punzante y me guardó en su aljaba.
Me dijo; “Tú eres mi siervo, Israel, y estoy orgulloso de ti”. Aunque yo pensaba: “En vano me fatigué, por nada e inútilmente gasté mis fuerzas”; sin embargo, el Señor defendía mi causa, mi Dios guardaba mi recompensa. Y ahora  habla el Señor, aquél que desde el vientre me formó como siervo suyo, para que le trajera a Jacob y le reuniera a Israel. ¡Tan valioso soy para el Señor y en Dios se halla mi fuerza!
Palabra de Dios.
 CONSIDERACION
La consideración se toma de acuerdo al número que aparece antes del título que lleva el orden de su biografía tratado en esta novena: Para el primer día: 1. También se puede utilizar parte del anexo que aparece al final de este mismo folleto.


GOZOS
Patrono de Barranquilla,
escúchanos con amor,
oh San Roque, poderoso,
otórganos tu favor
.

1.       En la opulencia nacido
nobles gajes de ofrecía
el mundo, que conocía
tu virtud y tu valor.
Mas todo lo despreciaste,
y renunciando un Estado,
de Dios solo enamorado
te hiciste su seguidor.
2.       Trocando hacienda en abrojos
solo el bien apetecías,
y hacía él gozoso corrías
cual cordero a su redil.
Por Europa mendigaste
cual si nada poseyeras,
y poblaciones enteras
te amaron con frenesí.
3.       Lleno de ardores el pecho
abandonaste tu casa
y llevando por coraza
ansias de largo sufrir,
te trocaste en pordiosero
por amor a tu Maestro,
y cual discípulo diestro
te diste todo a servir.
4.       Peregrino te vio Roma
cuando la peste avanzaba;
tu caridad prodigaba
frutos de consolación.
En hospitales y plazas
doquier tu sombra surgía,
allí un rosal florecía
de piedad, amor, perdón.
5.       Solo con Dios, olvidado,
en una choza estuviste,
y milagros allí viste,
premio a tus muchas fatigas
que el Cielo tu protector,
derramaba a manos llenas,
para alivio de las penas
cual suave consolador.
6.       Taumaturgo te llamaban
las gentes que a ti acudían,
y hasta las bestias venían
a implorar tu bendición;
y por todos alabado,
les clavabas en el alma
con la esperanza y la calma
el amor a la oración.
7.       Patrono te ha proclamado
de la peste, Barranquilla,
por ello su frente humilla
diariamente ante tu altar,
y de hinojos a tus plantas,
te suplica, amable santo,
la cobijas con tu manto,
y la hagas prosperar.


ORACION FINAL
Oh bienaventurado San Roque, que dirigiste todos tus esfuerzos a conseguir el verdadero conocimiento y amor de Jesucristo, alcánzanos la gracia de creer y esperar siempre en él: amarlo y obedecerlo constantemente con todas nuestras fierezas para que podamos participar de sus méritos en la tierra y de su gloria en el cielo. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
 DIA SEGUNDO
LECTURA BIBLICA PARA EL DIA SEGUNDO
Del santo Evangelio según San Mateo (4,1 – 11)
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.» Mas él respondió: «Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.»
Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna.» Jesús le dijo: «También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.»
Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: «Todo esto te daré si postrándote me adoras.» Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto.» Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían.
Palabra del Señor.
CONSIDERACION PARA EL DIA SEGUNDO. Cfr. 2. Las grandes decisiones. También se puede utilizar parte del anexo que aparece al final de este mismo folleto.
Gozos y Oración final
DIA TERCERO
LECTURA BIBLICA PARA EL DIA TERCERO
Evangelio según San Mateo (5,43 – 48)
«Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos?
Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.
Palabra del Señor.
CONSIDERACION PARA EL DIA TERCERO. Cfr. 3. Buscando la santidad . También se puede utilizar parte del anexo que aparece al final de este mismo folleto.
Gozos y Oración final
 DIA CUARTO
LECTURA BIBLICA PARA EL DIA CUARTO
Del libro de Tobías (12,17 - 22)
«No temáis. La paz sea con vosotros. Bendecid a Dios por siempre. Si he estado con vosotros no ha sido por pura benevolencia mía hacia vosotros, sino por voluntad de Dios. A él debéis bendecir todos los días, a él debéis cantar.
Os ha parecido que yo comía, pero sólo era apariencia. Y ahora bendecid al Señor sobre la tierra y confesad a Dios. Mirad, yo subo al que me ha enviado. Poned por escrito todo cuanto os ha sucedido.» Y se elevó. Ellos se levantaron pero ya no le vieron más. Alabaron a Dios y entonaron himnos, dándole gracias por aquella gran maravilla de habérseles aparecido un ángel de Dios.
Palabra de Dios
CONSIDERACION PARA EL DIA CUARTO. Cfr. 4. El perro de San Roque (Pág. 28)También se puede utilizar parte del anexo que aparece al final de este mismo folleto.
Gozos y Oración final
DIA QUINTO
LECTURA BIBLICA PARA EL DIA QUINTO
Del Evangelio según San Juan (1, 9 – 13)
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.
Palabra del Señor.
CONSIDERACION PARA EL DIA QUINTO. Cfr. 5. Regreso a casaTambién se puede utilizar parte del anexo que aparece al final de este mismo folleto.
Gozos y Oración final
DIA SEXTO
LECTURA BIBLICA PARA EL DIA SEXTO
Del Evangelio según San Mateo (25, 14 – 23)
«Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó.
Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado." Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor." Llegándose también el de los dos talentos dijo: "Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he  ganado." Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra  en el gozo de tu señor."
Palabra del Señor.
CONSIDERACION PARA EL DIA SEXTO. Cfr. 6. Glorificación de San RoqueTambién se puede utilizar parte del anexo que aparece al final de este mismo folleto.
Gozos y Oración final
DIA SEPTIMO
LECTURA BIBLICA PARA EL DIA SEPTIMO
Del Evangelio según San Juan (4, 10 – 11. 13 - 14)
Jesús le respondió a la mujer samaritana: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.» Le dice la mujer: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva?
Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.»
Palabra del Señor.            
CONSIDERACION PARA EL DIA SEPTIMO. Cfr. 7. El pozo de San Roque.
También se puede utilizar parte del anexo que aparece al final de este mismo folleto.
Gozos y Oración final
DIA OCTAVO
LECTURA BIBLICA PARA EL DIA OCTAVO
Del Profeta Ezequiel (37, 12 – 14)
 Por eso, profetiza. Les dirás: Así dice el Señor Dios: He aquí que yo abro vuestras tumbas; os haré salir de vuestras tumbas, pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de Israel.
Sabréis que yo soy el Señor tu Dios cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío. Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestro suelo, y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo haga, oráculo del Señor.»
Palabra de Dios.
CONSIDERACION PARA EL DIA OCTAVO. Cfr. 8. Las reliquias de San RoqueTambién se puede utilizar parte del anexo que aparece al final de este mismo folleto.
Gozos y Oración final
DIA NOVENO
LECTURA BIBLICA PARA EL DIA NOVENO
Lectura de la Carta de San Pablo a los Colosenses (1, 12 – 20)
Gracias al Padre que os ha hecho aptos para participar en la herencia de los santos en la luz. El nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención: el perdón de los pecados.
El es Imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia.
El es también la Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia: El es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos.
Palabra de Dios.
CONSIDERACION PARA EL DIA NOVENO. Cfr. 9. El homenaje a San Roque
 También se puede utilizar parte del anexo que aparece al final de este mismo folleto.
Gozos y Oración final
A/ San Roque,
R/ Ruega por nosotros.


 DENTRO DE LA NOVENA EN SU HONOR 
VIDA DE SAN ROQUE
1.       INFANCIA

Una de las tradiciones más populares dice que San Roque nació en Montpellier, Francia, entre 1.295 y 1.300 y que murió en 1.327.
Otros estudiosos de este santo afirman fechas diferentes como A. Maurino quien sitúa la vida de este santo entre el 1.345 y 1.376; A. Fliche lo ubica entre 1.350 a 1.379. La razón de estas dudas está en que su biografía se escribió muchos años después de haber vivido el santo.
Su padre se llamaba Juan de la Cruz, gobernador de Montpellier y su madre Liberia, ambos vasallos del rey Jaime de Aragón, muy nobilísimos y de cuales gozaban de buen prestigio por sus obras de caridad y práctica de las virtudes cristianas. Eran muy devotos de la Santísima Virgen, bajo la advocación de nuestra Señora de Belén y fue el Señor, quien por medio de ella, les concedió el hijo tan anhelado. Habían sido bendecidos con muchas riquezas, pero lo que más le pedían al Señor era un heredero que colmara su gozo y diera continuidad a su labor en favor de los necesitados. Escuchados por la Divina Providencia, doña Liberia da a luz un hijo varón al cual se le coloca el nombre de Roque, según se ha entendido siempre. Hay investigadores que dicen que. “Roc” ó “Roque” pudo ser su apellido ya que por aquella región existieron otras personas con este apellido.
Se dice que nació con una cruz grabada sobre carne viva que adornaba su pecho por el lado izquierdo y que, según la leyenda que hay de él, era presagio de su futura santidad. Algunos escritores de sus biografías nos lo presentan como un niño que comenzó a temprana edad a practicar la penitencia a su cuerpo y al mismo tiempo la mortificación en cosas que veía no convenían para su alma. Un niño piadoso fruto de una familia amante de Dios. Era normal, en la medida que crecía el incrementar sus penitencias y sacrificios que favorecieran su relación con Dios hasta el punto que fue modelo de abstinencia y virtud.
Su educación no podía ser inferior a sus virtudes religiosas. Gran estudioso y aplicado sirvió de ejemplo para muchos de sus compañeros y al mismo tiempo fue marcando el temple de su carácter sobrio y humilde. Algunos biógrafos afirman que siempre ocupó los primeros puestos en la escuela donde estudiaba. Sus padres le amaban entrañablemente con un amor inigualable pues era el hijo dado por el Señor a sus peticiones y era la esperanza de tantos proyectos futuros. La muerte los arrebató a su corazón y Dios los llamó al premio eterno.


2.       LAS GRANDES DECISIONES

Habiendo perdido a su padre a la edad de doce años y a su madre cuando contaba con veinte y no teniendo nada en este mundo que le pueda retener por ese amor filial ve necesario hacer opciones trascendentales; toma una determinación que va  a marcar toda su vida y al mismo tiempo hará cambiar el rumbo de muchas cosas en su ciudad natal: desprenderse de lo mundano y entregarse únicamente al servicio de Aquél que nunca falla.
El piadoso padre, en los momentos de su vida y al punto de dejar este mundo, dio a su hijo las últimas recomendaciones: ‘Queridísimo hijo mío, mi único heredero, tú ves que debo dejar esta vida terrena después de la cual espero, por la misericordia de Dios, entrar en el reino de los Cielos. Por eso te dejo por testamento juntamente con el gobierno de la Señoría y la herencia, estos cuatro mandamientos: 1º. Procura servir constantemente a Nuestro Señor Jesucristo; 2º. Sé generoso y misericordioso con los pobres, las viudas y los huérfanos; 3º. Haz uso piadoso de mis tesoros, de los cuales te constituyo dispensador y administrador; 4º. Visita diligentemente los hospitales donde están los enfermos y los pobres miembros dolientes de Cristo.’ Y según algunos, hay un 5º mandamiento que le pone su padre: ‘Sé siempre devoto de la Santísima Virgen’.
Ante esto el joven Roque no se deja aplastar por el peso de las riquezas ni quiso que fueran para él o para otros ser motivo de perdición. El alto cargo de gobernador no haría más que aumentar su responsabilidad ante Dios y ante los hombres. Roque decidió seguir un camino más perfecto que lo llevaría a la verdadera felicidad y por eso decidió cederle el título de gobernador a su tío Guillermo de la Cruz.
Decide entrar en la Tercera Orden de San Francisco, para lo cual da a los pobres sus riquezas y desposeído de todo se entrega totalmente al Señor del cual quiere hacer su mayor riqueza. Así ponía en práctica la petición del Señor Jesús, como condición de un seguimiento radical a él: “anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo.” (Mc.10,21). De ahí que la fiesta litúrgica de San Roque sea el 16 de agosto, pues fueron los Franciscanos los primeros en celebrar este día en su honor.
“El santo joven había dado repetidas pruebas de su virtud y con ellas se había afianzado en el camino de la santidad. Tiempo era ya de salir de su casa, de su pueblo para ir a derramar en todas partes los dones divinos. Montpellier era una ciudad demasiado pequeña para desarrollar su apostolado de caridad. Lo esperaban otros pueblos por los cuales debía pasar  bendiciendo y sanando. Lo esperaba Italia miserablemente azotada por la peste.

  
3.       BUSCANDO LA SANTIDAD

Habiendo organizado todo y una vez tomadas las decisiones radicales que exige la vida cristiana de vencer todas las tentaciones que pone el mundo, comienza su peregrinar hacia Roma. A medida en que entraba en Italia, veía la realidad de la terrible epidemia de peste que azotaba a este país.
Movido por su amor y basándose en los conocimientos que tenía de la medicina de su tiempo, se dedicó a colaborar en la atención a los enfermos. Limpiaba las heridas, ayudaba a transportar a los enfermos y ayudaba a morir cristianamente. Iba a las casas y entrando en ellas socorría a los que allí se encontraban presos de esta enfermedad. A fuerza de oración, cariño, entrega y gracias a su fe profunda en el Señor logró que muchos recobraran la salud milagrosamente. Por esto último es que en algunos países los enfermos tengan a San Roque como su patrono hasta el punto que tienen la creencia que con solo hacer la señal de la cruz sobre las llagas éstas sanaban, otras veces no pero sanaban las heridas del alma.
Con esta labor tan meritoria a los ojos del Señor y con la satisfacción de haber brindado ayuda tanto espiritual como material a muchas personas, se dispuso a volver a su tierra. Es entonces cuando surge una nueva misión en su propio ser: asumir en su propio cuerpo la enfermedad de la peste y tener que soportar todas las consecuencias que esto suponía. Lo más fuerte para él fue el ver que la gente, olvidando todo el bien y la entrega incondicional que había hecho por los enfermos, ahora le daban la espalda y lo dejaban totalmente solo y con el estigma de todo enfermo. Se encontraba ahora más que nunca abandonado de todos menos de Dios; precisamente por haber hecho tanto el bien.
Es el tiempo más duro de la vida de Roque pues de todo lado es echado encontrándose totalmente solo y sin la ayuda de nadie. Su recorrido por Italia le había abierto y dado el camino a la Santidad, pero las consecuencias son duras e inhumanas ante la falta de caridad que encuentra de los demás aquél que tanto amor dio a los enfermos en su peregrinaje brindando la salud de Dios.
La postración y el abatimiento se apoderaron de él, estando en Placencia (norte de Italia); los desmayos eran frecuentes, la fiebre ardentísima y finalmente apareció un bubón en la pierna izquierda, la carne se gangrenó; la fiebre lo postraba cada vez más, al dolor seguía el delirio.
Sin fuerzas, con lata fiebre, apenas llegado al atrio se vio, obligado a descansar en un rincón, luego se puso en marcha en busca de un lugar solitario. Ante tal situación San Roque opta por refugiarse en un bosque cercano al castillo de Sarmato haciendo de él su morada. Solo el Señor sabe cuánto sufrió este nuestro santo durante el tiempo que permaneció aquí sin el amor de las personas, pero sin duda con la inmensa presencia de la Divina Providencia. Se dice que en este bosque recibió muchas bendiciones del Señor, gracias a las cuales logró superar muchas de las pruebas que se le presentaron.
4.       EL PERRO DE SAN ROQUE
Estando en esta situación es cuando aparece el prodigioso perro que en cada visita le trae un pan que le proporciona para su sustento. Es otra señal de la protección del Señor que recibe San Roque, de la cual se servía para brindarle el pan cotidiano, después de haberle provisto de agua en otro prodigio de su amor por su fiel servidor. Este hecho prodigioso explica la razón por la cual prevaleció la costumbre en el arte cristiano de representar al Santo acompañado de este fiel amigo.
Todos los días el animal tomada de la mesa de su amo un pan que enseguida le llevaba a Roque depositándolo a su lado para que éste lo comiera. El dueño del perro, el señor Gotardo Palastrelli quien vivía en un Castillo cercano desde cuando se había desatado la peste, al principio no hizo caso ante la acción del animal, pero luego, llevado por la curiosidad, lo siguió. Después de mucho andar entre los árboles y malezas, vio al perro entrar en la cabaña donde se encontraba Roque. Maravillado y siempre más curioso, lo siguió y cuál no fue su sorpresa cuando vio a un hombre extenuado que recibía con gozo al perro fiel que echándose a sus pies le lamía las llagas. Se dice que Glotardo fue el primer discípulo de San Roque y decidió dejar sus riquezas para seguir el ejemplo de vida de nuestro Santo.
Vivamente conmovido e impresionado por este espectáculo estaba por entrar en la cabaña, cuando fue detenido por una débil voz: “¡No hermano, no entres, quédate lejos porque soy un contagiado de peste violenta!” Y le mostró la llaga de su pierna izquierda.
Bastó oír el nombre de la peste y el haber visto la llaga para que aquel noble hombre retrocediera rápidamente huyendo. Durante la noche no pudo dormir y al día siguiente, avergonzado por haberse dejado superar en generosidad por su perro, resolvió volver a la cabaña para administrarle los cuidados necesarios y hacerlo transportar al hospital de la ciudad.
El asombro de Glotardo siguió aumentado cuando reconoce en Roque al Santo Taumaturgo que había sanado milagrosamente a todos los apestados y quería llevarlo a toda costa a su Castillo, pero el santo no accedió y prefirió seguir viviendo en la gruta y con estos cuidados pronto Roque se restablece bastante de su enfermedad y se decide a seguir su camino de regreso a su ciudad.

5.       REGRESO A CASA

La peste había terminado ya y de este modo también terminaba la misión de misericordia de Roque. Él había ido a Roma para venerar las tumbas de los Príncipes, de los Apóstoles y otros lugares sagrados de la capital del mundo católico y para curar a los apestados. Había visto a Roma; allí había orado y obrado prodigios y muchas ciudades experimentaron los efectos de la obra de Salvación del Señor por medio de él y con su salud bastante restablecida ve oportuno volver a su tierra; se dirige a Montpellier donde espera encontrar un ambiente propicio a sus ideales, pero no es así.
La ciudad se encuentra en guerra y como Roque estaba tan cambiado a como lo conocían, no lo reconocieron y lo creyeron espía de los enemigos. Y era que su aspecto estaba desfigurado, débil y mal vestido. La noticia del espía llegó a oídos del Gobernador quien sin dudar lo mandó detener, sin saber que el retenido era su mismo sobrino.
Sometido a un largo interrogatorio nada alegó en su defensa, sólo dijo: “¡Soy un pobre siervo de Cristo y peregrino!” El gobernador, ante tales palabras vio confirmada su sospecha y ordenó fuera encerrado en la cárcel
Esta situación la toma como una gracia más para ofrecerle al Señor y es así que no se da a conocer a nadie llegando a estar allí durante cinco años sin que se den cuenta de su identidad y sin que recibiera privilegios en comparación con otros presos. Cuentas sus historias que los carceleros se asombraban de que no alegara ni renegara por los malos tratos y la mala alimentación que allí recibía.
Cuando sintió cercano el momento de entregar su alma al Señor, logró que el gobernador le facilitara un sacerdote y después de recibir los Santos Sacramentos, Roque, rogó al piadoso Ministro lo dejara por tres días en completa soledad para prepararse bien para el gran paso hacia la eternidad.
Habiendo conocido el sacerdote la inocencia de Roque, rogó al Gobernador para que dejara en libertad a aquel pobre peregrino, pero todo fue inútil. Y cuando la gente reaccionó fue demasiado tarde: Roque había acababa de entregar su alma al Señor el día 27 de agosto de 1327, a la edad de 32 años. Será después de fallecido cuando lo reconocen por la marca en forma de cruz que tenía en su cuerpo.
Cuando descubrieron el cadáver, cuanta la tradición, que debajo de su cabeza había una inscripción en una tablilla que decía: “Todo el que invocare el nombre de Roque quedará libre de peste.”

6.       GLORIFICACION DE SAN ROQUE

LA PROCLAMACION DE SU SANTIDAD Y EL FERVOR DE LOS PUEBLOS

El pueblo no tardó en proclamarlo Santo. Las virtudes, los prodigios, la muerte extraordinaria acompañada de hechos maravillosos, eran señales evidentes de su santidad, por cuyo motivo todos se sentían espontáneamente impulsados a invocar al nuevo héroe de la caridad cristiana.la devoción no se limitó solo a Montpellier sino que pasó las fronteras francesas y en pocos años se extendió en toda la Iglesia. En todas partes los fieles se encomendaban a su protección. Multitudes innumerables llenas de entusiasmo acudían a tributarle culto; de esta manera la devoción a San Roque se estableció en las almas de sus devotos mucho antes que la Iglesia hiciera el reconocimiento oficial.

El milagro de Constanza

Si en los documentos no consta que fue canonizado con toda la solemnidad de costumbre, la iglesia lo reconoció digno de culto público y lo confirmó en modo definitivo el año 1414 a raíz de una gracia extraordinaria alcanzada por la intercesión de San Roque, durante el Concilio de Constanza.
A raíz de grandes problemas que sufría la Iglesia por los deseos desaforados por el poder, por parte de algunos jerarcas y algunos otros males morales de la época, se convocó un Concilio en Constanza (Suiza), el año 1414. Dicho evento atrajo una inmensa muchedumbre de distintas personalidades religiosas y civiles de todas las naciones. Mas he aquí que entre aquella multitud se notaron síntomas de peste que pronto causó víctimas. El espanto y la consternación fueron grandes, en modo especial entre los Padres conciliares que se vieron obligados a suspender las sesiones. En la confusión producida, algunos italianos y franceses, recordando los prodigios de San Roque a favor de los apestados persuadieron a los fieles a  que se encomendaran a su protección. La propuesta fue recibida como un oráculo. Comenzaron las plegarias al glorioso taumaturgo y los dirigentes fijaron un día en que, después de ayunar y orar se hizo una solemne procesión con la imagen del santo. No se oró en vano. La procesión no había terminado y el flagelo había desaparecido.
San Roque había conseguido la gracia. El gozo fue indescriptible, y la muchedumbre unió al entusiasmo la devoción y el reconocimiento. De regreso a sus respectivos países propagaron la devoción al santo. Aquel notable acontecimiento fue motivo para que los fieles se consolidaran más en su devoción y ésta se propagara por todas partes.

7.       EL POZO DE SAN ROQUE

La tradición nos dejó grandes recuerdos de San Roque, entre otros, la casa donde nació, el pozo, el banquito de piedra sobre el cual descansó cuando llegó a Montpellier de regreso a Italia, el bastón que usó en los largos e incómodos viajes, la ollita y la capillita.
La casa estaba situada en Montpellier en la esquina de las actuales calles de la Logia y de los Tesoreros. Ahora nada queda de ella y en su lugar hay otros edificios. Los fieles saben indicar todavía el sitio donde ésta se levantaba.
También el pozo cavado por los antepasados de San Roque se conservaba como precioso recuerdo. El día de su fiesta los fieles sacaban agua de él a la que atribuían la virtud de perseverar contra la peste.
Como ya dijimos, los Padres Tridentinos de Montpellier iban en procesión el día de su fiesta cantando: “Ave Roche sanctissime nobili natus sanguine. Crucis signatus schemate sinistro tuo latere.”
El banquito estaba situado en la esquina de las calles de la Alguillerie y de la Vieille Aiguillerie, y los niños se abstenían, por respeto, de subir y de jugar sobre él. En la pared de la casa, contra la cual estaba el banquito, se fijó una imagen del Santo hecha de piedra y se cuenta que durante un altercado que tuvo lugar allí cerca, la imagen se desprendió de la pared y cayó sin herir a nadie. El hecho se consideró como milagroso y los dos litigantes se reconciliaron. El bajo relieve fue sustituido por una pequeña estatua que luego fue destruida por la Revolución Francesa y así no quedó vestigio alguno del banquito ni de la estatua, pero aun se conserva una lámina de mármol en la esquina de la calle Aiguillerie y de la Vieille Aiguillerie, en el fondo de la calle Pila Saint Gely, que lleva esta inscripción: “Aquí, según la tradición, el pobre Roque, cansado de sus trabajos, a su regreso a Montpellier, se sentó en un banco y fue detenido”.
Otro recuerdo que se conservó por mucho tiempo fue el bastón del grueso de un brazo y alto un metro sesenta centímetros con aro de hierro en  los extremos y un querubín en bajo relieve esculpido por el mismo santo.
Lo conservaban los Padres Trinitarios de Montpellier, en un armario de la Capilla de San Roque, levantada con tal objeto. Pero durante la Revolución Francesa siguió la misma suerte que otros objetos religiosos.
La ollita es el único recuerdo que queda y se conserva en Roma en la Iglesia de San Marcelo. Finalmente, otra reliquia que queda es la capilla que mandó construir el tío de San Roque con el fin de guardar los sagrados restos y celebrar el aniversario.

8.       LAS RELIQUIAS DE SAN ROQUE

Como ya dijimos, el cuerpo de San Roque fue primeramente inhumado en la catedral y luego trasladado a la Iglesia que hizo levantar el tío del santo donde, por espacio de muchos años, hizo notables prodigios.
En el año 1372 parte del cuerpo fue llevado a Ariés. El Mariscal de Francia, Gofredo de Boucicult, enviado por el Rey a Montpellier para apaciguar el Lenguedoc y poner fin al cisma siendo devotísimo de San Roque, pidió y recibió, como recompensa por los servicios prestados a la ciudad, parte de las reliquias de San Roque que luego donó a los Trinitarios de Ariés. En Ariés, así como en otras ciudades de Europa, deseaban y pedían algunas reliquias del glorioso peregrino, como segura defensa contra las epidemias, en 1501 el Rey de Granada recibió un hueso del dorso; otro hueso llamado espondil fue regalado al cirujano del Rey de Francia, Francisco I; parte del cráneo fue donado a los Trinitarios de Marsella y otras reliquias fueron llevadas a París, Turín y Cesena.
A Roma fue donado el brazo derecho. En Montpellier nada se conserva porque los Venecianos robaron lo que quedaba del santo, en el año 1485. En aquellos tiempos Venecia ocupaba un puesto de primer orden en el comercio por el continuo tráfico con el oriente y estaba expuesta a epidemias puesto que la peste era casi continua en los países orientales de Europa. Conociendo los prodigios obrados por San Roque deseaba ardientemente poseer algunas reliquias en la seguridad de no contagiarse más desde ese día en que la ciudad pudiera venerarlas. Como no era posible conseguirlas por medios legales, resolvieron robarlas a Montpellier.
El año 1485 doce venecianos en traje de peregrinos desembarcaron en Algues y llegaron a Montpellier para hacer una novena a San Roque. Su singular comportamiento, humilde y recogido y las continuas visitas a la iglesia de las reliquias, edificaron mucho a los que los veían pasar por las calles de la ciudad. Cuando la iglesia debía estar cerrada, ellos se quedaban allí orando, y, como los devotos de la Escuela  Santa de Roma, daban vueltas de rodillas alrededor de la urna rezando en alta voz. Pero apenas se hubieron retirado, después de los nueve días, los encargados de la iglesia observaron que la urna estaba hábilmente limada y vacía. La consternación fue general al saber lo acaecido. Se quiso perseguir a los ladrones, pero era demasiado tarde pues se encontraban ya en alta mar. En Venecia las sagradas reliquias fueron recibidas triunfalmente por el clero, las autoridades y todo el pueblo. Fueron guardadas primero en la iglesia de San Marcos y luego en la iglesia dedicada al Santo Peregrino.
Otras reliquias se encontraban en España, Francia, Suiza y en regiones de Europa. La esposa de Luís XV habiendo hecho construir una capilla en honor de San Roque, pidió algunas reliquias a Monseñor de Jumillac, Arzobispo de Ariés, por la carta fechada el 11 de octubre de 1764. El Prelado, para satisfacer la devoción de la piadosa Reina hizo abrir la urna y extrajo uno de los huesos mayores y lo remitió a la casa real.

9.       A. EL HOMENAJE A SAN ROQUE

Un santo tan conocido e invocado, no podía dejar de inspirar a muchos genios, los que, particularmente en el campo de la pintura, lo representaron en distintas formas y circunstancias de su vida. Generalmente se le representa en traje de peregrino, con sombrero de grandes alas, calabaza, bastón y acompañado de un fiel perro que lleva un pan en la boca, para significar aquel perro que durante la enfermedad de San Roque le llevaba pan, como un medio de la divina providencia para con su servidor. Su vestido es una túnica y en la mayoría de las veces por encima una capa y con su pierna derecha mostrando una herida sobre la rodilla.
Otras veces lo pintan con San Sebastián, invocado también contra la peste y algunas veces con San Jerónimo, Santa Elena y San Vicente Ferrer. Estas pinturas, muy expresivas y de gran valor artístico, se ven en muchos lugares. Se puede afirmar que, después de la Virgen, en pocos santos se inspiraron tanto los artistas como en San Roque.
Esto nos lleva a confirmar la gran popularidad de la devoción a este santo y como su nombre ha resonado en muchos pueblos de la tierra donde ha sido invocado sobre todo en momentos de calamidad por las pestes que se han acaecido en diversos momentos de la historia humana. Son muchos los pueblos que llevan su nombre, mucho más las personas que fueron bautizadas así y de las Parroquias que han sido puestas bajo su patrocinio.
La devoción a San Roque nos hace sentir la necesidad de rendirle homenaje a nuestro Dios por brindarlos la fortaleza en la fe, sobre todo en los momentos de dificultad y además de agradecerle por darnos en santos como éste a verdaderos modelos de entrega incondicional y de sacrificio todo en nombre del Señor y salvador Jesucristo.
Esto es una prueba evidente del reconocimiento unánime de su extraordinaria santidad y que Dios lo glorificaba continuamente en la tierra donde no buscó otra cosa que bienes celestiales.

9         B. SAN ROQUE EN BARRANQUILLA

En la calle que se llamará de San Roque, formando esquina con la carrera de El Progreso, existía una casa humilde habitada por una familia piadosa de apellido Blanco. Allí se veneraba con fraternal fervor la imagen del Taumaturgo de Montpellier, y todos los años, en las calendas de Agosto, se verificaba un velatorio, en forma de novenario y el día 16, tras una misa en la parroquia única y cercana, se festejaba la glorificación del Santo con tanta animación que los vecinos, por espontáneo impulso, se adherían al gozo y fervor de la familia. Y así, insensiblemente pero de manera progresiva se acreditaba la devoción hogareña y la pública hacia San Roque.
Una mujer en quien había arraigado la fe en el Santo, por algún favor recibido, le sugirió al Padre Ruíz sub-párroco de San Nicolás, la conveniencia, para el incremento religioso, de la erección de una capilla en los límites del barrio arriba, y para tal efecto ofreció donar un predio de su propiedad, ubicado en el epicentro de la zona en formación. La aceptación de la oferta no se hizo esperar, y después de llenar los trámites del caso, se procedió a la iniciación de la obra.


 ANEXOS PROPIOS DE LA PARROQUIA
DE SAN ROQUE DE BARRANQUILLA
1.       HIMNO EN HONOR A SAN ROQUE
PATRONO POPULAR DE BARRANQUILLA

Pueblo noble que altivo levantas
con orgullo hacia el cielo la frente,
lanza un himno a los aires fervientes
que es San Roque tu fiel protector.
Él ahuyenta y destruye la peste
que con rabia las carnes devora,
él arranca del alma que llora
las espinas que enclavan dolor.
En el mar que cruzamos luchando
olas se alzan y encrespan rabiosas,
nuestro barco sacuden furiosas
y nos vienen el rostro a azotar.
Oh, San Roque,
glorioso patrón de Barranquilla
tú eres protector.
Y hasta patria querida que hoy canto
de su vida es pendiente la aurora
no la olvides, conserva su gloria
y su paz, libertad y salud.

2.       LAS VIRTUDES DE SAN ROQUE

Es bueno conocer la vida de los santos, mas esto no basta, debemos también imitarlos, pues sería inútil su conocimiento, si a la admiración no uniésemos la imitación.
Las enseñanzas del Santo
Dentro de los muchos ejemplos de virtud heroica que nos ofrece este glorioso taumaturgo, podemos enumerar algunas.
Fe, esperanza, caridad, humildad, paciencia, espíritu de abnegación. Son virtudes muy admiradas en la vida de San Roque.
Su fe viva y práctica. Dice la Sagrada Escritura: “El justo vive por la fe”. Estas palabras no fueron en él letra muerta, sino que las creyó y las practicó siempre.
Era rico, noble. Podía ocupar los primeros puestos en la sociedad, vivir con comodidad y sin embargo todo lo rehusó. Su corazón aspiraba a cosas  grandes e imperecederas, buscaba la santidad, la gloria eterna, aquella gloria y riqueza que no puede ser destruida por la polilla, ni robada por los ladrones.
Firme, inalterable en su esperanza. Con el cuerpo estaba en este mundo y con el alma en íntima unión con Dios en compañía de los bienaventurados del Paraíso. Con gesto noble y sobrenatural supo sobreponerse a todo lo que es mundano, afirmándose en la convicción de que aquí no tenemos ciudad permanente y que debemos procurar conseguir la futura, como dice San Pablo. Por eso no vaciló en desprenderse de las riquezas y en rechazar el cargo de Gobernador con la firme esperanza de ganar el Paraíso que lo compensaría de todos los sacrificios. Cuando con tanta generosidad se entregaba al ejercicio de la caridad a favor de los apestados lo hacía con toda serenidad.
¿De dónde sacaba tantas fuerzas? De la esperanza. Estaba seguro de que un día no lejano aquella tristeza se convertiría en gozo y que si perdía la vida en aquel ejercicio por amor a Dios, adquiriría mayor gloria en la eternidad.
Es fácil comprender la grandeza de su paciencia y abnegación cuando lo contemplamos por mucho tiempo a la cabecera de los pobres apestados con peligro de caer él mismo víctima de la enfermedad, como en efecto sucedió.
Sin embargo se mostró siempre sonriente y servicial; para todos tenía una palabra de consuelo que infundía resignación a la voluntad de Dios y a sufrir en expiación de los propios pecados.
Su humildad era profunda. Después de dedicar la vida al servicio de sus hermanos, cuando notaba que era objeto de públicas manifestaciones de reconocimiento y honor, entonces desaparecía. Callaba siempre su nombre y se declaraba pobre peregrino, pobre pecador. “¿Quién eres tú?” ¿De dónde vienes? Le preguntaban los magistrados de Montpellier, después de haberlo detenido. “Soy un peregrino –contestó- he aquí la calabaza y el bastón”. En Placencia, atacado de la peste, salió del hospital para no ser gravoso a los enfermos y se refugió en un bosque; cuando Gotardo Palastrelli lo encontró, Roque, con toda dulzura y suavidad rogó al noble señor que se alejara porque podía contagiarse de la peste violenta que él sufría.
Cuando estuvo en Roma fue llamado a casa de un ilustre purpurado, atacado de la peste para que lo signara con la señal de la cruz. Al principio el Santo se vio confundido y apocado. ¡Pobre peregrino, perdido en región extranjera ir a curar a un Cardenal! Después de repetidas instancias, fue, hizo sobre el enfermo la señal de la cruz y lo sanó inmediatamente pidiéndole que a nadie revelase el milagro realizado por la misericordia de Dios. Rehusó toda retribución ofrecida por el Cardenal a quien tampoco reveló su procedencia. Parecía que el Santo se dijera a sí mismo: “¿Podré decir verdaderamente que me he desprendido de todo, si conservo el gozo patrimonial de mi nombre? Mi ambición ese una sola y me basta ser instrumento anónimo en las manos de Dios”. Ser tenido por nada era el lema de su vida.

3.       LA MANERA DE CELEBRAR LA FIESTA DE SAN ROQUE

La mejor manera para celebrar este acontecimiento recibiendo las bendiciones del Señor, por medio de nuestro santo patrono, es acercarse a los sacramentos con espíritu de devoción a fin de que, librados de la esclavitud del pecado y alimentados con la carne adorable de nuestro Señor Jesucristo, podamos más fácilmente hallar misericordia ante Dios.
Además es preciso procurar participar de todas las funciones religiosas. Asistir a las celebraciones de la Santa Misa y hacer una breve visita a Jesús sacramentado en el transcurso del día.
Buscar la manera de dar muy libre y voluntariamente una ofrenda como manera de colaborar con la difusión del Anuncio del Evangelio y, sin duda, para los pobres y así honrar la admirable caridad de San Roque cuyo amor por los indigentes fue tan grande que se sacrificaba generosamente por ellos.
Es preciso, además, renovar los propósitos hechos durante la Novena y pedirle fervorosamente al Señor, por medio de San Roque, que nos conceda todas las gracias para imitar las virtudes con las cuales brilló nuestro santo patrono y así merecer su protección en la vida presente y en la eterna.
Otro aspecto es prometer al Señor, por medio de San Roque, estar siempre lejos de la peste de los malos amigos y compañeros, de las malas lecturas que manchan el alma de pecados y vivir más del amor misericordioso del Señor testimoniándolo siempre con la propia vida.
4.       LA DEVOCION A SAN ROQUE EN BARRANQUILLA
La devoción a San Roque en esta ciudad comenzó en 1827, cuando una familia de apellido Blanco, que vivía en la esquina de la Carrera Progreso con calle 9 (por aquel entonces), hoy Calle de San Roque, tenía una imagen del Santo, a la que se rendía culto.
Pero será a mediados de 1849, a raíz de la terrible y mortal peste  bubónica que azotaba a Barranquilla, que el pueblo fiel acudió en muchedumbre a San Roque implorando su protección, sabiendo lo que él había hecho en vida y después desde la eternidad, le prometió levantar un templo en su honor y el milagro se obró: cesó el flagelo de la peste y los sobrevivientes aclamaron a San Roque como su protector y patrono popular.
Para cumplir con su promesa se dieron a la tarea de organizar todo muy bien y fue así como el 31 de octubre de 1853, el Padre Rafael Ruíz, rodeado de un gran número de feligreses, colocó la Primera Piedra del nuevo templo en honor de este santo. Después de 4 años se terminaron los trabajos y el templo fue inaugurado solemnemente el 15 de agosto de 1857, víspera de la festividad del Santo.
El primero de enero de 1867 este primer templo en honor de San Roque, se desplomó; después del cual se edificó otro que duró desde 1878 hasta 1925.
Muchos que siguieron esta devoción y el cumplimiento de su promesa al Señor, por medio de tan excelente santo, no veían la hora de ver convertida esta capilla en templo parroquial y es así como por Decreto del 30 de julio de 1881 se crea la nueva Parroquia de San Roque para lo cual intervino el Señor por medio del Obispo de Santa Marta, Monseñor José Romero. El 3 de agosto del mismo año el Padre José Tomás Santodomingo, capellán del Hospital de Barranquilla puso en ejecución el Decreto.
La Primera Piedra del actual templo se colocó en 1900. Lentamente se trabajó durante 14 años. El 23 de mayo de 1914 se desplomaron las columnas del nuevo templo quedando todo en vilo y con la incertidumbre de un acontecimiento de estos. El 15 de junio de 1915 llegó como personal salesiano a Barranquilla el hábil arquitecto Antonio Stoute, holandés de grandes capacidades, práctico y de una gran visión. Él comenzó la elaboración de los nuevos planos góticos del actual templo. El 31 de enero de 1917 comenzaron en firme los trabajos del nuevo templo que fue consagrado el 19 de octubre de 1941. Por Ley 260 del 17 de enero de 1996 se declara al Templo de San Roque como Monumento Nacional.
En el mes de febrero de 1902 llegan los Salesianos a Barranquilla, a petición del Arzobispo de Cartagena, Monseñor Pedro Adán Brioschi. Como primer superior viene el Padre Ernesto Briata. Inician con las labores apostólicas de la Parroquia que en ese entonces ocupaba un extenso territorio. Al año siguiente, además de esta labor, abren el que es actualmente el Colegio Salesiano de San Roque, en la esquina de la actual calle 30 con 36.
Por eso es que es normal que para un barranquillero o atlanticense el templo de San Roque sea como si fuera el corazón de Barranquilla. Y San Roque bajo cuya gloriosa advocación fuera consagrado, encarna el más alto símbolo de nuestras más puras elecciones espirituales: nuestra fe, nuestra esperanza y nuestros anhelos de redención. Los barranquilleros desde hace más de un siglo han aclamado a San Roque como Patrono Popular de su ciudad.